Krampus – El demonio de la navidad

Llegan las fechas señaladas en la que todo es paz, amor y dulzura, pero en la oscuridad de las fiestas navideñas se esconde un ser malvado llamado Krampus.¿Quién es y porque aparece sólo en Navidad? Cuando somos pequeños esperamos con ilusión la llegada de papá noel con los regalos, se supone que los niños que se portan bien son recompensados y los que no se portan bien se les trae carbón. Pero no en todos los lugares ocurre de esta forma. 

Hubo un tiempo en el que los niños que no eran obedientes o se portaban mal eran visitados por el “Demonio de la Navidad”. Esta tradición  germana nace durante el siglo XII. El Krampus es mitad hombre y mitad cabra, lleva asustando a los niños desde hace cientos de años y divirtiendo a los adultos en la actualidad. 

La leyenda del Krampus pertenece a una de  las historias populares del Centro de Europa, es el compañero diabólico de San Nicolás y su leyenda nace en Alemania, su nombre deriva de la palabra alemana “Krampen” que significa “garra”. Se cree que esta criatura una vez fue parte de los rituales paganos del solsticio de invierno. Cuenta la leyenda que es hijo de la Diosa nórdica Hela, así que por mucho que la iglesia se esforzó en prohibirlo, este personaje quedó anclado a la Navidad para siempre.

El 5 de diciembre, el Krampus llegaba a las ciudades agitando sus caderas y campanas, una repelente criatura de aspecto demoníaco, con pelo oscuro, con cuernos, pezuñas, colmillos y unas varas de abedul en sus manos para golpear y capturar a los niños traviesos, que más tarde metía en una cesta que lleva en la espalda y se los lleva al inframundo donde supuestamente se los comía. Así que la tarde del día 5 de diciembre se celebra el “Krampusnacht”  o “Noche de Krampus”, mientras que el día 6 llega San Nicolás para recompensar a los niños que se han portado bien y dejarles regalos bajo el árbol de Navidad. 

Pero, ¿de dónde ha salido exactamente este demonio navideño? Para eso hay que remontarse a la época en que los romanos conquistaron el centro de Europa a finales del siglo I aC, durante el reinado del emperador César Augusto. En aquella época la creencia pagana sobrenatural prevalecía por encima de todo. En aquel entonces ya se celebraba el festival del krampus que se derivó posteriormente al Krampusnacht. 

En el siglo XI la fiesta del Krampus se enlazó a la de San Nicolás, que fue un obispo cristiano que se hizo famoso por sus donaciones  a finales del siglo III y principios del IV dC. No se sabe mucho de él, solo que era griego, que era una figura importante de la iglesia y le conocían por el Santo Patrón de los niños. Se dice que San Nicolás murió el 6 de diciembre del 343 dC, y como resultado se le asoció a la fiesta del Krampus que se invocaba ese día desde hacía siglos.  

Desde la Edad Media y el principio del periodo moderno, esta festividad carnavalesca se hizo muy famosa en Austria y el sur de Alemania. Los pueblos alpinos deambulaban por las calles en un rito llamado “Krampuslauf” o ‘Krampus Run’. Hoy en día es considerada una de las fiestas anuales más famosas, tanto que se extendió a regiones de Estados Unidos gracias a los emigrantes de finales siglo XIX y principios del XX que se llevaron al nuevo mundo sus tradiciones alpinas. 

Hoy en día cuando llega el 24 de diciembre se le deja galletitas y leche a Santa Claus para que siga su camino repartiendo regalos, pero también se le suele dejar whisky, brandy de frutas u otra bebida espirituosa a su alter ego, el Krampus. Y tú… ¿Qué le sueles dejar al Krampus en Nochebuena?

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